Síntomas de cansancio ocular y de síndrome visual informático

Síntomas más graves de cansancio ocular y de síndrome visual informático 

Las consulta diarias en los gabinetes de optometría atienden invariablemente una queja común:
Se me irritan los ojos y los siento muy cansados al final del día. ¿Es porque uso muchas horas el ordenador?”.

No podemos descartar que el sobreuso actual de dispositivos digitales influye de manera directa en esta sensación de cansancio ocular. Es una realidad que experimentamos de una manera obvia y por tanto debemos prestarle atención.

Sin ir más lejos, la sintomatología de este cansancio puede ser tan acusada que hasta ha llegado a constituir un cuadro clínico que se conoce como síndrome visual informático.

Si nos vemos en la obligación de pasar tantas horas frente a las pantallas, ¿Qué podemos hacer para aliviar estos síntomas? ¿Sólo queda resignarnos? ¿Cuántas molestias oculares tenemos que tolerar?

Si bien el grado en que se manifiesta esta fatiga ocular y las condiciones ambientales y de salud ocular personales pueden diferir de unas personas a otras, existen soluciones comunes para aliviar el cansancio ocular, y a su vez el llamado síndrome visual informático.

¡Empezamos!

¿Cómo aliviar el cansancio ocular y el síndrome visual informático?

1. Mi enfoque se sitúa durante horas entre mi (o mis) pantalla de ordenador, tablet, teclado, móvil y texto de trabajo. 

Nuestros ojos tienen movilidad gracias a los músculos extraoculares. Pero también ejercen trabajo de enfoque y desenfoque a los objetos situados a distintas distancias en una cantidad proporcional y correlacionada con dichos músculos.

Cuentan además con los músculos de órbita y párpados, que colaboran en la protección de los ojos y en la distribución y mantenimiento de la indispensable lágrima.

La falta de sinergia entre musculatura y estructuras será responsable de una actividad de enfoque deficiente, lo que dificultará el buen desempeño visual. Este mal desempeño se expresa irremediablemente como “cansancio ocular”.

2. Hidratación. 

Del mismo modo que las plantas no crecen igual en un ambiente húmedo que en uno seco, tampoco nuestra lágrima se mantiene igual de estable, durante horas de trabajo, en un entorno de baja hidratación.

Edificios llamados inteligentes donde hay flujo continuo de aire acondicionado/calefacción pero donde la humedad relativa no se tiene tan en cuenta.

Si fijamos nuestra comparación con la piel y las mucosas, no nos encontramos igual de suaves e hidratados en la costa que en el interior. Nuestros ojos, su piel y sus mucosas, tampoco.

Además de estas condiciones externas, hay personas que padecen ojo seco en mayor o menor grado, y por diferentes causas que demandan distintas soluciones.

Así como notamos los cambios de hidratación en el resto del cuerpo, también nuestros ojos sufren la deshidratación disminuyendo su eficiencia.
La sequedad ocular se expresa como “sensación de ardor o arenilla”, y la consecuencia de disminuir la eficiencia visual se traduce en “cansancio ocular”.

El entorno de trabajo que rodea al uso de todo tipo de pantallas durante horas, así como las condiciones particulares de sequedad ocular, pueden agravar la falta de hidratación ocular.

3. Altura de la pantalla. 

Tenemos más que claro que es más fácil ver caracteres grandes, sobre una pantalla grande. Cada vez más personas adquieren una buena pantalla (en cuanto a tamaño) para trabajar, porque el esfuerzo visual es obviamente menor.

Sin embargo, esta ayuda puede estar contrarrestada si posicionamos la pantalla de manera totalmente perpendicular a nuestra dirección de mirada.

Nuestra posición natural para la lectura y los trabajos manuales está hacia el regazo, por debajo de la horizontal de nuestra mirada. ¿Por qué suponer ahora que por situar la pantalla frontalmente a nuestra cara nos vamos a cansar menos o a ver mejor?

4. Iluminación. 

No se trata de que estemos viendo pelis (que también) en el ordenador, pero seguro que hemos oído hablar de que “no es bueno ver la tele a oscuras”. Y es una gran verdad. ¿Eres de los que lo hacen? Pues aprovecha este post para ir dejando esa costumbre.

Nuestra retina capta su mejor información en la zona central, la que se fija en lo que ves. Por tanto es la que va a soportar la mayor luminosidad de aquello que estamos visualizando.

La retina periférica, a su vez, sólo se va a estimular levemente con la luz que reciba de lo que rodea a la pantalla. Sin embargo su interacción con la zona central es vital para evitar una sobrecarga de luminosidad que provoque un sobreesfuerzo para contrarrestar las diferencias de luminancias. Esta gran diferencia de energía lumínica 0/10 contribuye a aumentar el cansancio ocular.

5. Horario de visualización. 

Y topamos con nuestra “dieta mediterránea”. Y con nuestra gestión del tiempo.

Hay evidencia científica de que el uso de dispositivos digitales más allá de las 20-21 horas de la tarde interfiere en la secreción de melatonina, sustancia que induce a un sueño y descanso reparador.

Sobrepasar este límite, día tras día, irá marcando un hábito con consecuencias negativas en nuestro descanso.

El consejo es cerrar pantallas y dispositivos digitales al menos un par de horas antes de irnos a dormir.

Nuestro cuerpo, nuestros ojos con él, se repara durante el sueño. Por algo es aún más importante que comer.

¿Has tomado nota de las cinco perlas para evitar el cansancio ocular y síndrome visual informático?

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