La miopía es un defecto refractivo del ojo, por el que se ven mal los objetos lejanos.
Si imaginamos el ojo como un cine donde la pantalla es la retina, las imágenes de la película no se proyectan en la pantalla sino por delante, lo que provoca una imagen borrosa. Normalmente la imagen no se enfoca en retina porque el ojo es muy largo o porque las lentes del ojo (cornea y cristalino) tienen demasiado poder dióptrico, son demasiado “curvadas”. Por eso se compensan con lentes negativas o divergentes. Si miras a través de unas gafas de miopía notarás que los objetos se ven más pequeños.
Suele aparecer en edad escolar y va creciendo (entre otras cosas porque el ojo también crece) hasta los 21-23 años donde en la mayoría de los casos se estabiliza. Está demostrado que su aparición tiene que ver con la herencia genética y con el exceso de trabajo de cerca.
Si tienes miopía tu óptico-optometrista te aconsejará como compensarla mejor: con gafas, distintos tipos de lentes de contacto, ortoqueratología,etc.
El ojo miope es más propenso a desarrollar ciertas patologías como desprendimiento de retina y cataratas por lo que es necesario tener revisiones oftalmológicas periódicas.
También existen las operaciones de cirugía refractiva para que no necesites gafas o lentillas pero “por dentro” tu ojo sigue siendo miope y tienes que seguir yendo a revisiones periódicas.
PREGUNTA y VISITA a tu ÓPTICO-OPTOMETRISTA: SIEMPRE RESPONDE