La salud visual es de vital importancia para las personas mayores. Ante la aparición del más mínimo signo de alteración, como visión borrosa, deslumbramientos frecuentes o disminución de la visión, se debe acudir al óptico optometrista para hacer un examen visual. Este le dará la solución optométrica necesaria o remitirá al oftalmólogo.
Una mala visión puede ser causa de caídas, miedo a salir a la calle y falta de relación con el entorno. Los problemas de visión más frecuentes en las personas mayores son:
PRESBICIA: Con la edad disminuye la capacidad de acomodación del cristalino; impidiendo leer a la distancia habitual. Es algo inevitable y se puede compensar mediante el uso de gafas y lentes de contacto.
CATARATAS: Provocadas por la progresiva opacidad del cristalino, conllevan una disminución creciente de la agudeza visual, deslumbramiento, baja sensibilidad a los contrastes y dificultades para percibir el relieve y los colores.
OJO SECO: Se produce por la disminución de secreción de lágrimas. Esta sequedad ocular produce irritación que daña la córnea. Los síntomas mejoran con el uso de lágrimas artificiales.
GLAUCOMA: Se debe a un aumento de la presión intraocular que provoca una compresión de la retina, produciendo un estrechamiento del campo visual.
DEGENERACION MACULAR ASOCIADA A LA EDAD (DMAE): es una enfermedad degenerativa, y afecta a la parte más sensible e importante de la retina: la macula.
RETINOPATIA DIABETICA: Constituye la principal causa de ceguera en el mundo occidental. Un 50% de los diabéticos presentan esta complicación a los 10 años de aparecer la enfermedad.
RETINOPATIA HIPERTENSIVA: Causada por la hipertensión arterial que afecta a los vasos de la retina.
Muchos de estos problemas se desarrollan lentamente, sin producir síntomas visuales al principio, y cuando estos aparecen el tratamiento es ya muy complejo; por eso las personas mayores deben ir al menos una vez al año a su óptico optometrista para una revisión ocular.
PREGUNTA y VISITA a tu ÓPTICO-OPTOMETRISTA: SIEMPRE RESPONDE