La conducción es una actividad muy exigente para nuestro sistema visual puesto que ponemos a prueba nuestra agudeza visual en movimiento, lo que reduce nuestra capacidad de reacción notablemente. Si no tenemos nuestra visión correctamente graduada, esa capacidad de reacción puede reducirse aún más y nuestra vida y la de los demás puede correr peligro.

El ángulo de visibilidad normal en el ser humano es de 104˚ pero cuando vamos a una velocidad de 65km/h se reduce a 70˚. Según vamos aumentando la velocidad se va reduciendo y a 100km/h es sólo de 42˚, llegando a ser tan solo de 30˚ a 130km/h. A 150 km/h es prácticamente una visión “en túnel” y solo se aprecian los objetos y personas que se encuentran en los 18 ˚ centrales del campo visual. ¡A mayor velocidad, menos campo visual!
Teniendo en cuenta estos datos y del mismo modo que revisas tu coche, revisa tu visión en tu óptica habitual. De ello, de tu prudencia y del cumplimiento de las normas de circulación dependerá tu seguridad al volante.
Así mismo, asegúrate de llevar gafas de sol con un filtro solar homologado mientras conduces durante el día para proteger tus ojos de la radiación ultravioleta. Y si son polarizadas, mejor; conseguirás eliminar los molestos reflejos de la luz del sol en el pavimento.